miércoles, 11 de mayo de 2016

Pequeña muestra de la cobertura mediática, de empresas de propaganda política de la derecha sobre Los Wanai y los pueblos indígenas

Aquí muestro un artículo que encontré sobre el reconocimiento del Idioma Wanai y la cultura inmaterial de pueblo Wanai/ Mapoyo de la Unesco escrito por Charito Rojas, una profesional propagandista política del medio de información Notitarde, de los hacendados de Valencia.

Es importante resaltar la falta de información sobre la propia noticia, el reconocimiento del idioma Wanai en la lista de Salvaguarda Urgente de la UNESCO, en general la falta de conocimiento sobre los pueblos y comunidades indígenas de la República Bolivariana de Venezuela, al llamar al pueblo mapoyo "Tribu" y el uso del tema para descalificar una acción del Gobierno central, la Ley de reforma del IVIC. Por cierto, reforma muy esperada y solicitada. No obstante, muestra muy poca información real sobre la reforma del IVIC, solo presenta sus comentarios.
Otros elementos interesantes, para noviembre de 2014 Charito estaba augurando la quiebra de muchas empresas del Estado, cosa que no sea dado. Será, que de tantos presagios auto cumplidos por los ricos extremos del país, no han podido quebrar o corromper a Lácteos Los Andes o acabar con CANTV. Se nota que Charito no quiere hablar de como con los recursos propios, o ganancias de la CANTV, niños, niñas y docentes de aula  Mapoyo ahora tiene computadoras Lap Top Canaimita.

Que alguien le explique a Charito que Tribu, es cuando una comunidad da o paga tributo a un jefe guerrero. Ese sistema político aún no se ha encontrado en las comunidad indígenas de nuestra patria. ¡¡Señor del Cielo, porque los desclasados sociales de Venezuela son tan ignorantes!! ¡¡Porqué se burla del idioma Wanai, será que cuatro hablantes (para ella) y el saber contenido en esta lengua del Mundo, no tienen importancia!!

Artículo de Charito Rojas, publicado el 25- 11- 2014
Hablando mapoyo
Charito Rojas
“Del fanatismo a la barbarie solo media un paso”. Denis Diderot (1731 - 1784), escritor, filósofo y enciclopedista francés.
La lengua mapoyo acaba de ser declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Apuesto que ustedes no tienen ni idea de qué se trata. Yo tampoco, por eso busqué en Wikipedia de dónde era ese idioma y quiénes lo hablaban.
Pues resultó que pertenece a un grupo indígena venezolano llamado también mapoyo, que habita en el estado Bolívar, más allá de Caicara del Orinoco. La tribu está conformada por 400 personas y solo 4 hablan mapoyo. La sabia Wikipedia dice: “El mapoyo o wanai es un idioma caribe a punto de extinguirse hablado por algunas personas en la cuenca del río Suapure. Es un idioma ergativo”.  Bueno, ergativo es el gobierno, que va ante un organismo para la cultura y la ciencia como es la UNESCO a pedir declarar Patrimonio a una lengua que hablan cuatro (sí, 4) personas, mientras destruyen a un verdadero patrimonio de todos los venezolanos, como es el IVIC. 
Tal parece que nuestro instituto más científico seguirá la ruta del desastre que ya antes transitaron Fama de América, Diana, Owens Illinois, Café Madrid, Agroisleña, CANTV, Holcim, Hipermercados Éxito, Cada, Conferry, Venepal, Rualca, Venoco, Sidetur, CVG, RCTV, Sidor, Hilton, Lácteos Los Andes, Johnson Controls, Cemex, Monaca, Intercontinental Valencia y PDVSA, por nombrar solo a los más sonados y sin meternos con los millones de hectáreas expropiadas y hoy abandonadas, con los centrales azucareros, con los ateneos, con la Plaza Monumental de Valencia y con aquello que sufre el toque de m…(que no es precisamente de Midas), que convierte todo en excremento cósmico.
Este 18 de noviembre la Asamblea Nacional aprobó en primera discusión -y luego lo incorporaron al conjunto de decretos leyes habilitantes-, un proyecto de ley de reforma del IVIC, con el alegato de que está “alejado de la sociedad” y  por lo tanto, hay que “refundarlo”, lo cual implica la manía del cambio de nombre: ahora se llamará Instituto Venezolano de Ciencia, Tecnología e Innovación (IVECIT). En los valores del nuevo organismo está la “construcción del socialismo” (totalmente inconstitucional), politizando así un escenario en el cual el finado había tratado de meter sus manos pero no lo había logrado, porque más de 50 años de ciencia intimidaron su voracidad revolucionaria.
La nueva ley introduce elementos altamente dañinos para la aséptica actividad científica que es la razón de ser del Instituto. Cambia la regla de tener méritos para ser director y lo convierte en un cargo de libre nombramiento y remoción, sin consulta con la Asamblea de Investigadores, tal como señala la ley vigente. Lo cual augura que  según la costumbre del régimen, un militar pronto podría montar sus botas en los impolutos mesones de los laboratorios. 

Los investigadores podrán ser removidos por causales como “la participación individual o colectiva en actividades o manifestaciones que lesionen los principios consagrados en la Constitución”.


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